CAMBIO DE CONTINENTE
Tras el período de guerras y las inestabilidades políticas y económicas que dejaron devastada a Europa, hubo una oleada de emigración a Estados Unidos. Es por eso que el centro artístico se desplazó a Nueva York. Y no solo fue el arte, también el Diseño Gráfico, quien encontró un nuevo hogar y un lugar donde lograr su pleno desarrollo.
En Estados Unidos, se vive un importante choque cultural del que surgen movimientos y técnicas solo posibles tras esa convivencia y apertura de mentes.
Así, allí los diseñadores castizos de la época, como Earl Moran, se nutren de la llegada del diseño europeo, que llega con diseñadores como Raymond Loewy, G. Kepes o V. Bobrizky.
El diseño gráfico en esta época empieza a crear su nueva identidad, basada en la multiculturalidad y la multitécnica. Los años 50 marcan el nacimiento de grandes escuelas de diseño, así como de potentes agencias y estudios de prestigio aún existentes.
Esta etapa sigue formada e influenciada por creativos como Walt Disney, creador de personajes indispensables en el diseño americano, el artista Joseph Binder, creador de famosos carteles, y los diseñadores de la cadena Condé Nast (formada, entre otras, por las revistas Vogue y Vanity Fair).
Es en casos como este en los que podemos encontrar los choques culturales y de estilo entre ambos continentes, cuando a un Estados Unidos con ansias de nuevos estilos y en la búsqueda de una identidad artística llegan diseñadores o empresas con la personalidad sofisticada que podían tener revistas como Vogue, la cual ya llevaba una gran trayectoria en Estados Unidos, pero el contacto con diseñadores europeos provocó un claro enriquecimiento en las técnicas y estilos.